reproducia aquel conclave de granujas, rodeados de soldados
con ametralladoras, mientras un notario levantaba acta del
suceso. Era para echarse a ilorar.
 _.y qu6 sucederd ahora? -pregunt6 Leroy.
 _Lo de siempre. El pueblo aguanta y hace chistes. Ya de-
 ben estar llegando <dos reconocimientos, de los Gobiernos ex-
 tranjeros y el nuevo gobierno se consolidard. Politicamente
 yo no simpatizaba con el regimen caido, pero lo respetaba por-
 que habia sido el resultado de unas elecciones generals, las
 primeras, tal vez, realizadas honestamente en el pais... Pero...
 bien. No deben ustedes intranquilizarse. Todo se normalizara...
 en la superficie, aunque el fuego de las pasiones y las ambicio-
 nes political siga ardiendo debajo, por algdn tiempo... y mien-
 tras el ejdrcito mantenga el orden puiblico, con la poderosa
 fuerza de las armas.
 Durante el almuerzo siguieron comentando los sucesos po-
liticos, logrando Vergara convencerles de que no tenfan que in-
quietarse, y que en Anade! estaban lejos del foco de las agita-
clones political. Una vez en su habitaci6n, Jorge abri6 la male-
ta, sac6 un pequefio paquete preciosamente envuelto y se lo
di6 a Josefina, expresAndole que era un regal que le habia
traido. Era un frasco de perfume.
 -Gracias -le dijo- veo que sigues recordando cuAl es mi
perfume predilecto.
 -JY por qu6 habia de olvidarlo? -pregunt6, con notoria in-
diferencia. Y empez6 seguido a desvestirse para la siesta.
 Cuando ella sacd Ia ropa de la maleta para colocarla en el
closet, encontr6 otro paquete parecido al anterior, y al pregun-
tarle de quC se trataba le contest:
 -Es una caja de polvos para Rosina... Mas abajo hay otra
igual para Madelaine.
 Ella termin6 de sacar la ropa y pas6 al baflo, regresando
con el negligd puesto y acostandose en la cama junto a l1. Pa-
saron un rato en silencio, durante el cual ella trataba de en-
contrar la frase adecuada para iniciar la conversaci6n que des-
de hacia dias tenia planeado sostener con su marido. De repen-
te le pregunt6:
 --Y por qu6 te apresuraste en decirme que trafas otro re-
galo igual para Madelaine? Yo no te lo habia preguntado.
 Jorge no respondi6 limitindose a volverse de lado, como in-
dicando que queria dormir. Josefina le dej6 hacer, tratando