los que dieron el espaldarazo al Ilamado pecado de la gula. Comer much o bien era una afrenta a Dios. Los gourmets es- taban condenados a las llamas del inferno, Comer poco y malo, o comer nada, era una virtud. Se olvidaron de que fue su mis- mo Dios el que hizo caer una lluvia perenne de mand, para mantener gordos y sanos a los israelitas, durante los cuarenta afios que tardaron en su 6xodo desde Egipto hasta la tierra prometida de Canaan. Olvidaron que la Biblia, el Antiguo Tes- tamento, es el primer libro de cocina que ha existido. Contie. ne un sinnmmero de recetas culinarias, una de ellas dictada por el mismo Jahavd para calmar el hambre del profeta Eliasi -Quiero hablarles ahora del cuarto element que contri. buy6 a la honda transformaci6n que sufri6 la gastronomia. Es- te fue mis bien una revoluci6n caida de repente sobre el cuerpo adormecido de la cocina europea. Amdrica habia sido des. cubierta, y con ella una series infinite de nuevos recursos y ele. mentos culinarios. JFue, acaso una burla del destiny, ofrecer es. tas riquezas a la cocina europea, que estaba oprimida por el semisalvajismo de los bdrbaros y por el terrible ascetismo de la Iglesia? ZO fue mas bien un acicate, un incentive, un esti. mulo, divino casi, para que sacudiera sus cadenas y surgiera de nuevo, mis esplendorosa que nunca? Estas preguntas nos serAn contestadas por el Renacimiento, con sus grandes este. tas que devolvieron a la culinaria de Europa toda su hermosu- ra y elegancia. Al otro dia, muy temprano, un bote-motor del yate llev6 a Samand a Madelaine y al abogado Vergara. Este seguiria hasta la capital, donde permaneceria una semana en asuntos le. gales relacionados con la permanencia de sus amigos franceses en Anadel. Despu6s que su marido parti6, Josefina se habia vuelto a dormir, y ya eran las once de la mafiana cuando despert6. Qui- so quedarse acostada, disfrutando del silencio que reinaba en la casa y del agradable calorcillo de la cama. Pens6 tocar el timbre para pedir cafe, y se abstuvo de hacerlo. Experimenta- ba el deseo de estar sola. Queria pensar con tranquilidad y tra- tar de poner en claro sus ideas. El viaje inopinado de Jorge y su empefio en ir solo la habia mortificado un poco. No sabia a qud atribuir aquella decision de ultima hora de su marido. No