y francs su nombre Basit, basilic, se deriva del griego Basilis- co, que era el nombre de un lagarto legendario que mataba con su sola mirada. Tal vez de ahf proviene que muchos pueblos de origen latino atribuyan a la albahaca propiedades embru- jantes y otros la considered medicinal y talismAn de gran po- der. En gastronomia es usada, a veces, como sustituto del ord- gano. -Un amigo mio, limeflo, al ofr la palabra albahaca cruzaba los dedos en forma de cruz y pronunciaba tres veces el vocablo lagarto, porque creia, o simulaba career, que traia mala suerte -expres6 Vergara. -Podria seguir haci6ndoles una descripci6n de las especias mAs usadas actualmente, pero resultaria muy largo -dijo el profesor-. Me limitar6 a enumerar las principles: anis, chile, coming, cardamomo, apio, perifollo, canela, clavo, cilantro, enel- do, hinojo, ajo, jengibre, mejorana, menta, mostaza, cebolla, nuez moscada, oregano, perejil, pimienta, amapola o cardo san- to, romero, azafran, artemisa o salvia, ajedrea, ajonjoli o sasa- mo, ertrag6n, tomillo, curcuma. -Aquf en Santo Domingo tenemos tres variedades de ciian- tro: el cilantro propiamente dicho, el cilantro ancho y el saba- nero, tambidn llamado cilantrico o culantrillo -dijo la sefio- rita Chanac-. Este ultimo es de aroma muy fuerte. -Yo he tratado de aclarar una confusion que tengo con res- pecto a una especia que en espafiol liamamos malagueta -ex- pres6 Vergara-. No s6 si es lo que antes llamaban Grano del Paraiso, o si es el cardamomo, o lo que en ingl6s llaman Alls- pice. Es un grano como la pimienta, pero sin rugosidad. -Mis padres me contaban -dijo Madelaine- que cuando emigraron a Santo Domingo a principios de siglo, tuvieron que hacer escala en la ciudad de Nueva York, y que pudieron ad- vertir que los norteamericanos tenian aversion al ajo. Clasifi- caban a los espafloles, italianos y franceses como animals sme- lling like garlic,. Mis padres eran marselleses, y es possible que olieran a ajo. Una carcajada general fue el comentario. Pero Leroy se in- dign6 contra esa manera de ser de los norteamericanos. Expres6 que 61 era marsell6s y que como todo habitante de las costas del MediterrAneo, consideraba el ajo como un regalo de los dio- ses al gdnero human. -Esa malcrianza de los norteamericanos -expres6 Ver- gara- estA desapareciendo. A media que ese pais se civiliza, va adoptando los magnificos detalles de la cocina europea. Ya