ficios. Conociendo mi mal, Vergara fue lo suficientemente inte- ligente no s6Io para traerme a este lugar donde se vive en contact con los elements, sino para poner en mi casa a esa criatura primitive cuya presencia irradia candor, fuerza, lealtad. QOud extraordinario conflict de razas ocurri6 entire sus antepa- sados, para que siendo de tan genuina estirpe negra, tenga los ojos tan claros y el cabello suave como el de los arios? ZHa- b6is visto la luz que sus ojos emanan? Es un efluvio de sere- nidad que me produce el efecto de un estupefaciente, como si me hubiesen inyectado una dosis de morfina. Luego, su leal- tad, su devoci6n a nosotros, su espiritu de sacrificio, su salu- dable conformidad con la vida, a la que no le pide nada. -Y pensar que es inteligente... -interrumpi6 el doctor De- saix. -iSil -continu6 el profesor-. Es inteligente por naturaleza y, sin embargo... nada le pide a la vida. Esta conform con ser como es. Ni siquiera el mas leve indicio de envidia he podido advertir en su conduct. Jamas protesta... -Ni siquiera cuando lo zarandean... -dijo con sorna el abogado Leroy. -Es lamentable lo que estd sucediendo -exclam6 en voz baja el professor, despuds de una pausa-. Pero no debemos interferir en asuntos tan delicados... Lo mejor es ignorarlo todo. Entonces, como para cambiar el rumbo que estaba tomando la conversaci6n, el doctor Desaix le pregunt6 al Profesor: -Hay un asunto que quisiera que usted me explicara, Pro- fesor, y es el siguiente: seg6n nos ha dicho, en su libro usted hace un recuento hist6rico de la gastrosoffa. Comienza con temas generals y luego pasa a la prehistoria; de ahi a los tiem- pos Heroicos, despuds los Griegos y luego los Romanos. Mi pregunta es 6sta: por qu6 salta usted a los Egipcios, a los Hebreos, los Asirios, los Persas, los Indaes, los Arabes, etc.? Me refiero a la parte de historic de estos pueblos anterior a lo que usted llama el period de la Pubertad de Roma. -La pregunta es muy interesante y oportuna, y, si me lo permit, se Ia contestard esta noche, cuando nos reunamos despues de cenar, de manera que todos los compafieros queden enterados. -Me parece razonable -intervino Leroy-. Y a prop6sito, epor qud no nos internamos un poco tierra adentro, para ver qud hay detras de ese cerro? Asi lo hicieron, siguiendo un angosto trillo que serpenteaba