yendo a las aguas romanas peces de las mis ex6ticas species. Cuenta un autor que Lfculo, para suministrar agua fresca de mar a su vivero de ostras en Roma, hizo rajar una montafia, Io que dio pie a Pompeyo para llamarlo aXerxes Togatus. Se afirma que existi6 un Apio Claudio que hall el secret de con- servar las ostras que le enviaban a Roma desde el pais de los Partos, negocio con el que se hizo rico. Tambidn se dice que escribi6 un tratado de gastronomia que dedic6 a Trajano y que fund una Academia Culinaria. Plinio cita el caso de un glot6n romano muy rico que se suicide al darse cuenta de que s61o le quedaban algunos centenares de millones, y que en su testamento dijo: vme mato porque con tan exiguo capital pienso que puedo pasar hambre. Esa exaltaci6n del arte co- quinario lleg6 a alcanzar caracteres de enfermedad cuando se piensa que hubo un emperador que a medianoche convoc6 de urgencia al Senado para que decidiera la mejor manera de guisar un rodaballo. Otro hizo votar un Senado-consulto auto- rizAndole a tomarse ciertas libertades en la mesa: Flatum Crepitunque Ventris In Convivio Emitendi... -Sus comedores Ilegaron a ser de una fastuosidad incom- parable. Eran amplios, abiertos y soleados. Por sus grande ventanales entraba el fresco y el perfume de los jardines adya- centes. Ricos tapices cubrian las marm6reas paredes. Los mue- bles eran incrustados con piedras preciosas, oro y marfil. Por lo general tenian dos comedores, uno en el piso alto, destinado a la cena y que llamaban cenaculum, y otro abajo, el triclini- cum, nombre que tom6 del lecho para comer que importaron de los griegos. Primero usaron la mesa cuadrada, adoptando luego Ia redonda, lo que trajo consigo el uso de los lechos para comer. Asi, al trictinium, lecho para tres, y al hexaclinium, para seis, sucedi6 el sigma, cama circular que se adaptaba a la forma de la nueva mesa. Mientras no se generaliz6 el uso del mantel, las mesas estaban incrustadas con chapas de marfil o cobre, que representaban diversos episodios. El piso del co- medor solia tener dos niveles, el bajo para las mesas de los comensales y el alto para los servicios y los espectdculos. Algu- nos tenian techos movibles que en determinados moments de la cena se abrfan y dejaban caer lluvia de flores. Cu6ntase que en casa de HeliogfbaIo en una ocasi6n cayeron tantas rosas que los comensales quedaron sepultados hasta la cintura. Se- gin Suetonio, el comedor del potentado Escauro estaba sos- tenido por 30 columns de mirmol rosado cubiertas con bajo- rrelieves que representaban vacantes desnudas perseguidas por