ROMA SE LO TRAGA TODO Despues del almuerzo el abogado Vergara sali6 al patio y fue al kiosco de Trigarthon y alli lo encontr6. Acababa de co- mer y estaba echado boca abajo en la cama. No demostr6 sor- presa al ver entrar al abogado, como si lo estuviera espe- rando. -Me voy mafiana para la capital. eQuieres que te traiga algo? --Cudndo vuelve? -contest6 Trigarthon, sin hacer caso a la pregunta. -Dentro de quince dias. -Yo me quiero ir para mi casa. -No lo puedes hacer. Yo quiero ayudarte. Lo que estd su- cediendo es pasajero. Ya te dejard tranquilo, cuando se le haya pasado el capricho. -Usted solamente piensa en ella... Al decirlo, su voz se quebr6, y se humedecieron sus gran- des ojos claros. Vergara comprendi6: -No puedes enamorarte de ella. Es una tonteria. Ya no eres un nifio. Tienes que ser fuerte de espiritu, como lo eres de cuerpo. -Ella me persigue... -Lo sd. Procede con discreci6n. Sigue como hasta ahora. Hazlo por tu conveniencia. Te van a subir el sueldo. Dentro de cuatro o seis meses mis, tendrds much dinero ahorrado, y entonces podris volver a tu casa. Ahora no, porque esos sefio- res te necesitan y yo les he prometido que ti les ayudarias. El professor es mi amigo y es mi client, y no puedo disgustarlo. Tienes que hacer un esfuerzo y olvidar a esa mujer. -Pero ella me busca... -iEst6 bien! Debes ser superior a ella, porque eres el hom- bre. Qui6rela como ella te quiere a ti. Pero nada de enamorarte.