a menudo escanciaba vino, mientras otros realizaban cantos y bailes, que son los ornamentos del convite.i -Se puede observer -intervino el doctor-, que la came de becerros asada directamente sobre las brasas constituia la base de la alimentaci6n entire los guerreros. Y como en aque- llos tiempos no se hacia otra cosa que guerrear y todos toma- ban parte en esas guerras, hay que convenir en que todos o casi todos se alimentaban de came. Habran ustedes notado que Homero se cuida en describir los menores detalles de la operaci6n, y, sin embargo, en ningin moment dice que a la came se le puso sal. Tampoco he encontrado ese detalle en ningdn otro historiador. Y adviertan que la minuciosidad de Homero llega al extreme de sefialar que la came antes de ser echada sobre las brasas era rociada con vino. Citas de este tipo abundan tanto en Ia Ilfada como en la Odisea, en las que se hacen minuciosas descripciones de comidas, y en ninguna figure la sal. Hay un dato muy curioso en Ia Odisea, en la Rapsodia Sdptima, donde Homero describe un pueblo al que llama Lot6fagos, porque su 6nico alimento consistia en lotos y otras flores. Describiendo una comida ofrecida por Aquiles a unos amigos, dice que . ZSeria este potage el precursor de nuestro pot-au-feu? -En Homero encontramos tambi6n que los hombres de aquella 6poca ya sabian apreciar el solomillo de buey -expre- s6 el doctor-. Asi lo afirma en la Rapsodia Cuarta, al narrar el banquet que Menelao ofreci6 a un grupo de amigos. En esta ocasi6n Homero afirma que para comer se sentaban en sillas, alrededor de una mesa, pero en ningin pasaje mencio- na el uso de utensilios manuals para ayudarse en la mesa. -Hace apenas un poco mAs de medio siglo que el arqued- logo ingl6s Evans descubri6 en la isla de Creta las ruinas del palacio del rey Minos. Desde Homero se venia afirmando que la civilizaci6n griega habia nacido en Creta, alcanzando su mayor florecimiento de la 6poca durante el reinado de Minos. Y todos creiamos que ese reinado, y la persona de Minos, y su esposa Pasifae, y su famoso Laberinto, eran leyenda, hasta que Evans nos demostr6 que todo habia sido realidad, excep- tuando, como es 16gico, lo del Minotauro. Si esto result veri- dico, Zpor qu6 dudar de que tambi6n Io fuera la existencia de Dddalo y su hijo Icaro, y de Ariadna, y de Teseo? Del rey Minos los historiadores han tornado la palabra minoica para designer la civilizaci6n de aquella era, y se ha llegado a afir-