falta de alimentos. Segin su opinion, el mar, que ocupa las sie- te d6cimas parties del globo. seria siempre una fuente inagota- ble de comida para el hombre. Si los pieces no se comieran los unos a los otros, en poco tiempo los mares serian mares s6li- dos de came. La hembra del bacalao, en cada aovada, pone mis de veinte millones de huevos, de los cuales apenas unas diez unidades logran Ilegar a la adultez. Su profundidad es asom- brosa, Ilegando a alcanzar hasta nueve mil metros, y su fecundidad no tiene limits. Ya se ha logrado hacer potable el agua del mar. Los laboratories modernos hacen cada dia descu- brimientos de nuevas f6rmulas para producer materials sint6ti- cas, inclusive de tipo alimenticio, que sustituyen las proteins y demas elements indispensables para la nutrici6n. -A mf no me preocupa ese problema, porque carezco de toda capacidad para contribuir a su soluci6n -interrumpi6 el abogado Leroy-. Eso corresponde a los que se dedican a la diet6tica, o a los gobernantes, pero principalmente a los politi- cos demagogos, que hacen del hambre de los pobres, a veces de la supuesta hambre de los pobres, una poderosa arma para triunfar en los sufragios... ...-En ultimo caso, nos comeremos los unos a los otros... -xpres6 timidamente el sefor De Mers-. Un hombre hambriento Ilega a todos los extremes -arguy6 el doctor-. No seria extralio que algln dia volvid- ramos a la practice de la antropofagia. -En realidad, el ser humane comenz6 a diferenciarse posi- tivamente de los animals cuando utiliz6 el fuego para prepa- rar sus comidas -intervino el profesor-. Antes vivfa de fru- tas y yerbas; luego de insects y moluscos y al fin, de carnes, pero crudas. A lo mejor el incendio de un bosque poblado de animals salvajes le dio la oportunidad de probar la came asa- da y tomarle gusto. Luego el hombre del period paleolitico vivia de la pesca y de la caza y ya conocia el fuego como factor culinario. Tenemos evidencia de ello por los huesos calcinados que se han encontrado en las cavernas que eran sus viviendas en esa dpoca de la prehistoria. Es casi seguro que cuando habia escasez de animals, los hombres de la era paleolitica se comie- ran los unos a los otros, o que, al menos, se comian al ene- migo vencido. Todavia existen antrop6fagos entire ciertas tri- bus africanas. Descubrimientos mas o menos recientes hechos en cavernas en las costas de Dinamarca, nos muestran vesti- gios de lo que era la vivienda del hombre de aquella Era. Se han encontrado fragments de utensilios de silex, de carb6n, cenizas y conchas. Estos vestigios de agrupaciones humans