espirragos de Argenteuil y las alcachofas del Roussillon. El senior De Mers opin6 que aventajaba al esparrago y a la alca- chofa no s6lo en sabor y delicadeza, sino en belleza, porque su came sugeria la idea del mis puro marfil. Propuso un brindis por la Palma Real, madre de aquella joya gastros6fica, y otro por el sol, sin cuya acci6n tonificante... -iProtestol -le interrumpi6 el doctor Desaix-. La alu- si6n es muy direct, mi querido senior IDe Mers, pero le invito a contemplar esa encantadora bruma que cubre la bahia. Fue creada en mi honor, para agasajo de mis sentidos. iS6palo usted, querido amigo! El professor Croiset inform que en la tarde volveria el senior Vergara trayendo a su esposa. Agreg6 que estaban re- ci6n casados y que ella tambi6n hablaba francs y era inteli- gente y culta como su marido. Advirti6 al senior Leroy que debia controlar sus impulses. donjuanescos, porque la sefiora Vergara era joven y hermosa... pero que el esposo era terri- blemente celoso. Todos rieron de la jocosa advertencia, pero el senior Leroy dijo que 61 tambi6n era abogado y que los juristas nunca rifen, por graves y encontradas que sean las cuestiones que debatan entire si. Durante la cena, que compartieron los nuevos hudspedes, el abogado Vergara y su esposa, el professor, pregunt6, diri- gidndose a Vergara: --Quidn es una extraordinaria mujer que vimos la misma mafiana de nuestro desembarco, cruzando en un bote de remos que estuvo a punto de zozobrar a causa del oleaje que levan- taban nuestros botes de motor? Parecia una alemana... -;Ah! -contest6 Vergara-. Es en realidad una mujer excepcional. No es alemana, sino hija de franceses. Sus pa- dres emigraron a este pais a principios de siglo y se estable- cieron en Samana como colonos. Llegaron a ser ricos. S61o tuvieron esa hija, que hicieron educar en los mejores colegios de Francia. Durante la primer guerra europea, muri6 el pa- dre y algunos afios despuds la madre, y la hija se qued6 sola, administrando lo unico que se habia salvado del patrimonio de sus padres: una finca en lo que lHaman los Altos de Tes6n, detrds de las lomas que cruzan la peninsula de Samana de Este a a Oeste. Cuando eso sucedi6 la muchacha apenas tenia veinte afios, y se dedic6 a defender ese rest de su antigua riqueza con un empefio y un vigor sorprendentes. La que todos crelan una sefiorita initil, que tocaba el piano y leia los rominticos franceses, se. convirtid de la noche a la mafiana en una