RAMON MARRERO ARISTY dome: --No es ella una buena mujer? IS6lo ella es de- cente! iS6lo ella me quiere! Si la vida es asi, equ le va- mos a hacer? ** Las gentes del pueblo que me veian dando traspies -a veces no era por borrachera, sino porque comia mal-, decian: -Danielito Compres, el hijo de don Lope. iSe per- di6 ese muchacho! Y algunos, que se atrevian a dirigirme la palabra, me recriminaban: -Deja eso. No andes por ahi... iEsas gentes... Un loco deseo de gol.pearles me sacaba de quicio, y atropelladamente, les barbotaba: --A qui6n le import? Me despidi6 el padre, me despidi6 el central, me rechazaron todos, y ahora, ivie- nen a sermonear! iSi alguien se pierde, ese alguien soy yo, y yo tengo derecho a disponer de mi! El que me habia hablado, se excusaba y marchaba a toda prisa, asombrado. Yo me sentia hueco. Sentia como que iba a caer, y sacudia la cabeza para no oir algo que me decia: "jImbecil! EPor que mientes? jAoa- so vas bien? Y volvia al ron... * Fu6 ayer cuando no quise beber mis. MAs que nun- ca me sentia avergonzado ante mi mismo. No quise ver a mi amante Ia prostitute, y anoche me ech6 en un