OVER cesidad: de un poco de ron y de una persona que qui- siera hablar, ipero hablar de esta vidal" -Y el viejo, ic6mo te trata? -me pregunt6. --El viejo? El se referia a mi padre. Se lo dije todo. Le habl- de la finca, de mi mujer... Solo no le confess que yo no tenia alojamiento. Mi narraci6n le emocionaba. El muchacho me oia serio, sorbiendo a ratos el ron. Luego me dijo: -Estis viejo, chico. Esta vida es un desastre. ISi yo vuelvo a encontrar el camino...! Y su mirada se perdi6 en el lomo reluciente del mar que se rizaba a la vista... Al oirle se me ocurri6 pensar: -iEl camino! ePor que no se me habia ocurrido salir? (No seria mejor? Ya en esta tierra se me haria muy dificil vivir. Aqui no tenia ningfn lazo de afecto que me atara; era solo. iLo mejor seria volar! Se lo dije. Repentinamente l1 se anim6: -iQub bueno, chico! iQub bueno! Si te marchas de aqui, te sanas. jPodemos hacer un esfuerzo y largar- nos! En cualquier goleta nos podemos introducir en Puerto Rico. Alli nos propocionamos papeles como sfb- ditos americanos, y gya tenemos las puertas del mundo abiertas! En eso, el niiio volvi6 a chillar. La madrecita decia: -Calla, nen.... calla... Mi amigo arrug6 el entrecejo. Se apag6 su entu- siasmo. Mir6 la botella, casi vacia, y como quien muer- de su ira, Ilam6 a la mujer: -iZunilda! ITrAeme Ilpiz y papel y ponte los za- patost iVas a ir donde el chino! Su voz era Aspera. Vaci6 los l6timos dos tragos en