RAMON MARRERO ARISTY amor en idiomas diversos. Apure much los goces, viejo, para convencerme de que la vida es buena cuando se la Ileva asi... Y sin embargo, fuera de las juergas y afin dentro de ellas, no hallaba el reposo, la tranquilidad, el sitio, iel equilibrio que sali a buscar cuando abandon esta tierra! Ya habia cambiado de tono. Ahora parecia un poco triste, Miraba vagamente y hablaba como un extraviado. -iNo me hallaba satisfecho! -continu6-. Hasta que un dia, en Cuba, me entr6 eso que lHaman "nostal- gia de la patria". Pens6 que el hombre, para ser feliz, no necesita perderse en el placer. Me convenci de que un pueblo, unos viejos amigos, una mujer, un pequeio trabajo, bastan para vivir, ly march para casa otra vez!... Su entusiasmo ya estaba lejos, apagado por com- pleto. Ahora miraba las chimeneas del central, que se elevaban por encima de todas las alturas de la ciudad, prcsigui6 como cansado: -Pero obedeci a un impulse de sentimentalismo fatal. iLa falta de memorial! ePor qu6 el hombre tendra tan mala memorial? Yo habia olvidado todo esto en lo que tiene de realidad y s6lo tenia conmigo los colors y la musica. Veia nuestra vida de muchachos y nada mas. Cometi un error. En New York, un obrero, como perso- nalidad aristocr6tica, del mundo de las finanzas, o algo asi, no es nadie, pero como ser human es much. jAlli si el homb'-e trabaja, tendrA donde vivir con algin con- fort, tendra comida hasta hartarse, y como quiera, ten- dra una amiga desinteresada. En cambio, aqui.. Esto no tiene comparaci6n... Mi primer trabajo fue en el almac6n de z.zdcar, y qued6 pasmado, mejor dicho, aplastado, cuando el dia de pago me enter de que por