OVER "dY qu6 saben ellos? CAcaso tienen ojos para ver tu angustia? ;Pueden saber de tu desesperaci6n? Tu, que comprendias, fuiste quien obraste mal. Ahora en ti s6lo ven al que amarg6 Ia juventud de su nifia, sumi6n- dola egoistamente en la vorAgine donde naufrag6 tu vida. iHombre! Si conservas algo digno en el alma, comprende. Y si no puedes ahogar tu ira, vulvela con- tra ti, o contra la fuerza que te arrebat6l". Despu6s de eso camin6 durante un par de horas. La llovizna caia sobre mi como un Ilanto. Tuve ganas de gritar, pero el peso de mi alma era tan grande, que vagui callado, sin rumbo, mas viejo que el resto de la humanidad. Fu6 la puerta abierta de una casa deshabitada la que me invite a entrar, Alli tend mi americana en el piso y me tumbe como un animal herido. La llovizna seguia cayendo. La quietud se ensefio- reaba de la noche. Mi ser era una cosa gastada. Me que- dd dormido...