OVER estoy borracho de sueiio; pero siento un alivio, porque ya ella se ira a dormir, y yo comenzar6 a beber ron, Porque entonces es el dia, y s61o a fuerza de ron lo re- sisto. iS61o a fuerza de ron! Y si alguien supiera esto, indudablemente me diria: "PPor qu6 no escapas? eQu6 haces aqui?" Y yo pregun- taria: "eAd6nde he de ir? ZY las deudas? eY mi mu- jer? Si mis nervios resisten..." iPero mis nervios no resistieron mas! Esta maiiana lleg6 el alemrn. Vino grufiendo, pro testando de todo. Como la (nica 1tmpara de la bodega esta inservible por lo vieja, le pedi mna nueva, y jesto le irrit6! Como si le hubiera mordido un animal pon- zofioso, al oir mi pedido comenz6 a chillar: --Usted pida muchas cosas! iUsted molests much! La ira me tir6 de los cabellos. Sin embargo -imi- seria!-, trat6 de explicarle con las mejores razones que hall, que 61 estaba equivocado, que yo me hallaba en mi raz6n at solicitor aquello. Pero 41 sigui6: -iNo diga mAs! iMi no quiere oirl jUsted fufie mu- cho! iMi...I iHasta ahi soport6! Lo uiltimo lo habia dicho en march y ya estaba en su autom6vil. En ese moment lo echaba a andar. Corri hacia 61. Mi mano cay6 en la puerta del vehiculo, como una garra. Plant el pie en el estribo y grit6: -iCAllese, aleman! jOigamel iMe va usted a oir! Volvi6 la cara espantado, como si no diera cridito