OVER cercanos, como un loco. Y mis vago por los carries, porque cuando voy a casa de mis vecinos, Cleto y el ma- yordomo se dan cuenta de mi situaci6n, porque tambi6n hasta alli va mi mujer. Desde que llega se me cuelga del brazo y, s!n reparar en nada ni en nadie, comienza a decir: "iTengo miedo de quedarme sola! i!Tengo suefio! iVamos a casa! iCamina!". Hago lo possible por permanecer sereno. Casi siem- pre voy tras ella, pero casi siempre -si ocurre esto en casa de Cleto-, el policia no disimula una sonrisa ir6- nica y escupe... A veces, como hablando consigo mis- mo, comenta: "iEi que tiene rabo!..." Y ello me aver- giienza... Una noche le pedi prestado su mulo al policia. Fui por los carries hasta las bodegas de Eduardo y Valerio. iBuen trecho! Mi deficit habia aumentado much y des- puts de la visit de mi nuevo vecino, la actitud del ale- mAn no podia ser mas significativa. Con ellos y con el inglesito consegui dinero y al- gunos efectos que traslad6 en el animal y que luego puse en mi bodega. Y lo hice a tiempo, porque seguido se inici6 una series interminable de inventarios. En este mes, los oficinistas ban venido tres veces, y a tal extreme ello me excita, que a pesar de haber re- puesto el dinero no encuentro tranquilidad. Por lo me- nos una vez a la semana paso inventario de noche, para cerciorarme de mis cuentas. No hay ventas; las cosas merman. Abrir un saco cuyo contenido no se vender6 en quince dias, significa p&rdidas. El sueldo no me alcanza