OVER Cuando no es un chiquillo enfermizo, sucio y mo- coso, que murmur timidamente: -Dice mama que por favor le fie una ibra de arro. Algunas veces les complazco por caridad, peru no lo hago siempre, porque cuando dispense uno de esos fa- vores las demands aumentan en tal forma, que ain distribuy6ndoles toda la tienda, no les dejaria satis- fechos. La mayor parte son haitianos que no quieren abando- nar la Repiblica; los menos son criollos gastados que han perdido la voluntad de marchar a otro sitio. Tudos juntos forman una parte de humanidad cuya hambre no se apaga jambs. En moments de exaltaci6n, vibndolos consumirse sin intentar mejorar sus vidas, abandonados por comp!e. to a la finca, les he gritado, ardiendo en indignaci6n: -iMarchen de aqui! jPidanle tierra al gobierno o r6benla! iMiren que gastan sus vidas inftilmente en estos cafiaverales! iLlegaron fuertes, enteros, j6venes, y en tantos afios se han destruido sin ahorrar un centavo! iMarchen! jHagan conucos o mueran de hambre en otra parte, pero no aqui! jNo vuelvan mAs! Se embelesan mirAndome, oyendo mis palabras. En sus rostros borrados se retrata una gran idiotez. Algunos murmuran: -Tiene raz6n... Pero lo dicen huecamente, sin comprender. y luego marchan a las sucias casitas o al f6tido barrac6n. Una ira scrda me quiere reventar.