OVER Al dia siguiente, mis brusco que nunca, lleg6 el alemin. Me pidi6 los va!es, y ilo que jams habial los sum6 todos y luego, compear el total con la cantidad que yo habia anotado en el libro. Examin6 la numeraci6n de los formularios se cercior6 bien de que ninguna cifra habia sido borrada. Mir6 la existencia; me pregunt6 cual era el promedio de ventas, y tantas cosas mas. Luego repiti6 las mismas operaciones y formula las mis- mas preguntas... Yo ardia por dentro, pero respond con serenidad, evitando pensar en lo que ocurriria si ese hombre Ilama- ba a los oficinistas y se sentaba alli a esperar. Desde que vieron a mi vecino en casa, Cleto y viejo Dionisio se habian alarmado. -Tenga much cuidao, vale -me dijo el policia-. Ese hombrecito e j'un jabladoi. Lo conoco dende chi- quiningo poique 6 de Tambori. Viejo Dionisio me advirti6: -Cuidao con la boca, amigo-. No se ajunte con to lo bodeguero... Ese amiguito suyo que viene dende el principio e muy bueno, pero cuidao con el que ut6 no conoca. Ese blanquito que tuvo aqui... itenga cuidao, por Dio! Me pregunto: ePor qu6 esta guerra? Para permi. tirle a uno ganar un pan, Zhay necesidad de amarg6r- selo asi? Y concluyo pensando en aquel bodeguero ahor- cado, despues de haber sido asedisdo. perseguido hasta enlcquecer, . El tiempo muerto march. La compafia. siguiendo su vieja costumbre de hacer cambios cuando finalize la