RAMON MARRERO ARISTY Eduardo ampli6 sus informes. El hombre es buen perro de presa y ya tiene su record bien ganado hacienda perder sus empleos a various bodegueros que se franquea- ron con 61 crey&ndole su amigo, y le contaron que "anda- ban mal", que les faltaba "un piquito" o algo asi. Al dia siguiente les Ileg6 el inventario. jMe lo advertia! --Le rompo el alma! -dije con ira. -No es cuesti6n de romper nada -dijo serena- mente mi compafiero-. Es asunto de andar con pru- dencia. Me cont6 entonces nuevas cosas de aquel individuo. Por sus hazafias ha sido muy bien recomendado a Mr. Robinson, y le han asignado un sueldo de primer ca- tegoria porque ademas de sus servicios, su mujer viaja con el asistente y en su casa se dan las mejores fiestas del departamento. Y no es un aumento de sueldo la inica utilidad que devenga. Es tambi6n "la nifia bonita" del alemAn y disfruta de una verdadera canongia. Les compra sus vales a los peones con descuentos de veinti- cinco y treinta por ciento porque isiempre estin suspi- rando los trabajadores -sobre todos los haitianos- por ver dinero en sus manos aunque sea a costa de un ojo!, y ha hecho economics que pasan quizis de dos mil d61ares, y puede prestarles dinero a interns a superin- tendentes, mayordomos y ajusteros, cobr6ndoles el diez por ciento, y axigibndoles que expidan los vales para su bodega aunque los peones vivan en otros bateyes distantes y eato perjudique a aquellos bodegueros en cuyas tiendas tienen cr6dito esos individuos. La compra de vales es un crime perseguido por la compafia que ninguno dt nosotros seria capaz de co- meter, aunque no se nos persiguiera, porque siempre