RAMON MARRERO ARISTY Siento ira y quisiera corner por los campos de cafia, hecho lengua de fuego, gritando con todas mis fuerzas: "iSe acab6 la zafra! ISe acab6 la zafral" Y si nadie entiende, incendiarlo todo y seguir rugiendo: "jYa no hay zafra! iSe acab6 la zafra!" * Los dias del tiempo muerto caminan pesados y len- tos como rodillos y cada vez me quedo mas solo. A Va- lerio se lo Ilevaron muy lejos -jtiene tantas bodegas el central!-, y al inglesito lo trasladaron a otra division. A quien veo con mas frecuencia es a Eduardo, qua siempre viene por aqui. Llega como el primer dia a caballo, echa el pie a tierra y yo le recibo como siempre, con un abrazo; porque nuestra amistad es inconmovible y nos alegramos cuando estamos juntos, a pesar de que bien se nota que el hueco dejado por los dos amigos no se puede llenar, y que estos dias no son los misros de ayer. Cuando viene no hacemos nada nuevo. Yo bebo ron cualquier dia y 61 tambi6n. As!, cuando nos hallamos, generalmente ambos estamos bebidos, lo que es una raz6n para que bebamos mis. La conversaci6n en la finca cada dia es menos Agil, porque nosotros somos cada vez mis torpes. Hablamos de lo mismo, ya con poco inte- r6s. Que mi bodega estA limpia; que el manager tom6 va- caciones; que el alemin vi6 una bodega con poca existen- cia y consider que el balance estaba muy alto en el libro y sin moverse de alli pidi6 oficinistas al pueblo, pas6 in- ventario y descubri6 un deficit; que el asistente andaba con los autom6viles y los camiones del departamento