RAMON MARRERO ARISTY Cada ruido de motor me hace temblar. Pierdo el do- minio sobre mi cuando el alemAn entra a la bodega. Me parece que en mi rostro se lee claramente la suma que falta, y que me echaran por ladr6n. jPor ladr6n! iQue idea tan fea! Y cualquier dia pue- de suceder... iSi estas gentes comprendieran!... Pero iniitilmen- te trato de explicarme por que a los empleados, en casos de desgracia, no se les hace siquiera un pequefio prestamo. iLa desconfianza del manager es insultante y feroz! No hay mas que recorder lo que le hizo a un empleado de su oficina que le sol.icit6 tal favor. El hom- bre le mostr6 un telegrama que le Ilevaba la noticia de la muerte de su padre ocurrida ese dia en un pueblo vecino, y formul6 una solicitud de pr6stamo por cin- cuenta pesos. El rubio le respondi6: -"Mi no sabi de eso. Mi no matar a su padre de usted". Y le volvi6 la espalda para significarle que aquello estaba concluido. iQu6 mis se puede pedir!