RAMON MARRERO ARISTY des. Cu-ndo terminen, vengan a reemplazarme. Decia la madre: --Eij~., tengo que tender a los nifios. iYa sabes que a la hora de comida todo es batallar! Se o)vidaba de ellos. Me seguia diciendo: -ZQub comes alli? jTe voy a hacer un pur6! Mira; aprendi ya a hacer los suspiros sin que la clara se vuel- va un chorro, iY el pollo te gusta! Comeremos polio to- dos Jos dias. eTe pone polio la vieja? iNo creo que co- mas esa care de bueyl Mira; llevaban ayer un pobre buey, jqu6 penal Estaba ileno de cicatrices el pobre animal. iLo maltrata'ban tanto[ iY tanto como trabaj6 en todos sun afios! Pues... llevaban a aquel infeliz al ratadero, y esta mariana, -IDios, parece increible- lo traju ei :arnicero, en sus cajones, hecho pedazos a cinco coa',avas la libra. Yo ia oia; a veces. Ella seguia hablando: --eSahes o que hice el otro domingo despu6s que te fuiste? Pue-. bueno, comenz6 a Ilover iCu6nto llovi6! ;C6mo te mojaste! Yo veia el carril, y los caiaverales arropados por la lluvia. Vela el camino y pensaba: "iComo se va mojando el pobrecito!" jMe daba tanta pena!... lAh! cMe dejas el tomate? !iVamos! iVamos! Las horas corrian. Saliamos al campo. En un Arbol caldo a pocos metros de la casa, en un potrero que le servia de patio, nos sentAbamos. Miribamos los inmen- sos caibverates, A nuestras espaldas estaba un empo- brecido monte, donde se encontraban, salteados, peque- fios co inos. Hablibamos: .- -Cuando nos casemos... Era mi voz. Yo pensaba: "AliB en la bodega no hay tantos mosquitos. Yo tengo mosquitero, y tambi6n usa "flit'. Estay dici6ndole at pe6n que me ayude a 130