RAMON MARRERO ARISTY viejo, lo que pasa es que mira ahora a todos sus hijos, ocho en total. Los chiquillos vienen a mi. -Don Danielito, eme va traer dulce? --Me va traer la mufieca? La madre no esti alli, y ella, la que ronda de noche mi mente y se sienta y entorna los ojos y espera, dice: -Muchachos, no sean asi. Y es un murmullo su voz. Sonrie y se acerca a mi. El padre se va y ella queda. Yo me abandon sin hacer resistencia, porque mi coraz6n amn es nuevo para el amor. * iMi coraz6n es nuevo para el amor! iSi no fuera por esta realidad!... Varias veces, entire las paredes de mi cuarto, cuando la lura mete su ojo por un agujero, dormido ya el batey, he hablado conmigo mismo. Me he dicho: -"Razona bien, compaiiero. Quieres tomar mujer. No tienes dinero, ni empleo permanent. Corres peligro. jPueden l1egar los dias negros!". Y algo apasionado, henchibndome el. pecho, ha res- pondido: --"El hombre no ha nacido para vivir solo". Y he vuelto a decir: -"Pero no habrA siempre salud, buen humor. Debes asegurar el porvenir. iTe arriesgas a una aventura!". La otra voz, convincente, suave, ha dicho: -"Eternamente hallarA el hombre un refugio en la tierra".