RAMON MARRERO ARISTY ipara algo estin los bodegueros! -He tenido much trabajo Mr. Baumer -digo-. Los iltimos peones se acaban de narchar. Pens6... Interrumpe: -iYa, ya! Los dominicanos hablan much y hacen poco. Siempre estin "pensando", siempre tengan raz6n. todo lo dejan para luego. Usted ahora quieremi decir que trabaja mAs que otros. Es damansiada iAh! -He hablado claro -respondo-. No quise decir eso. Yo. .. -iBien, bien, bien! -corta-. Aqui si alguien no quiere hacer el trabajo porque se cansa, no tiene mAs que avisar. Nosotros siempre hall quien no se cansa. iLa compafia no necesita nunca a ninguna persona! Lo dice balanceindose, con una mano en la cintura y la otra apoyada en el mostrador. Nuestras siluetas se recortan gigantescas en la pared y agitadas por el par- padeo de la luz, parece que se van a acometer para ma- gullarse con sus grandes miembros deformes. Pero no es asi en la realidad. iPor que hay una diferencia tan grande? PPor qu6 no es la sombra una copia fiel de la actitud? Aqui estA este hombre que en su pais no fu6 nadie y que Ileg6 al, mio como pe6n de una factoria, con- vertido en senior, manejindome a su antojo; y yo dis- puesto a acatar. iPor qu6 la sombra me sugiere lo que deberia ser mi verdadera actitud? dPor qu6 la sombra...? Soy un bodeguero. Naci en este pais y este otro vie- ne de mis allA del mar. Soy un cero y 61 es una palan- ca con un gran punto de apoyo. El esta autorizado a dar 6rdenes y yo y todos los mios tenemos que obedecer. Por eso digo: -Arreglar6 eso, Mr. Baumer. Yo... (me tiembla la voz). Yo...