OVER Por fin ha recordado que estoy en la tierra y entonces, encar6ndoseme. pregunta: --Cubnto vendiendo usted hoy? -Sesenta d6lares y centavos. Parece que le ha picado un bicho. Sus musculos faciales se contraen y pone la cara como un bull-dog. Grufie: -eNada mis eso? Porque ese es el m6todo. Hay que protester. -Creo que es bastante -le digo-. Hoy es el pri- mer dia de zafra y me parece que no se podia esperar mis. En tiempo muerto s6lo vendia cinco y seis d6lares diariamente. .. Pero he cometido una falta terrible eQuien es un bodeguero para opinar sobre estas cosas? Le oigo decir: -Usted no conoce el negocio. jUsted no sabi! iTampoco se apura! Para esto s6lo hay una respuesta y yo no la puedo dar. Le veo pasearse a lo largo del mostrador. Sus ade- manes son bruscos. Esta borracho de importancia y visto asi, se le puede tomar como la mejor figure simb6lica del poder. Trajo los pies Ilenos de lodo y ensucia el pi- so. Inmediatamente tendre que limpiarlo. Ve que en el mostrador y en alguna parte hay granos y papeles, y no pierde la ocasi6n de protester: -1Muy sucio todo esto! jMuy suciol Otro hubiera pensado que despuis de haberse tra- bajado por espacio de doce horas en esta tienda, y ha- biendo cerrado las ventanas hace apenas unos minutes, nada tendria de extraordinario que hubiera basuras y papel en alguna parte. Pero 6ste no. Y tiene sus razo- nes. Hoy ha sido larga la jornada. El autom6vil se le atasc6 en alguna part. Ha bebido much whisky, y