RAMON MARRERO ARISTY los trabajadores exbranjeros nos referimos, podemos decir lo mismo y ain mas. Esas gentes vienen de Haiti y de las islas inglesas todo los afios, con la idea de trabajar para volver a sus casas dentro de seis meses y no pueden -aunque no tuvieran la esclavitud de siglos en el alma, y aun poseyeran capacidad-, pensar en reforms, por- que no son de -;qui y la suerte del. pais no les interest. No creo que el hecho de denunciar abuses que pueden trastornar la vida del pais, sea interpretado como acto subversive, cuando con ello finicamente se perseguiria la obtenci6n de mejores condiciones de vida para los hombres, y asi hacerlos mis tranquilos, alejindolos mis de cualquier rebeli6n absurd. He dicho esto como si defendiera a los miles que sufren vejaciones y son explotados, ante alguien que fuera lo suficientemente poderoso para corregir esta in- justicia. Mi compafiero mueve la cabeza, se echa un trago como para apagar la emoci6n que le domina, y co- mo quien siente un dolor responded: --Ves las cosas claras, hermano; y no creas que los blancos las ven en otra forma; pero ellos aqui s6lo han venido a hacer dinero. Crees que en su pais no hay buenas tierras, que alli no hay d6nde hater inversio- n'es? iSi que hay! jPero aliA no pueden tratar al hom- bre como aqui! A nosotros nos sacan la sangre, nos qui- tan la dignidad, nos desmoralizan, isiembran el caos con sus m6todost Y si protestas... 1ya sabrA la compaiiia justificar, Ilegodo el caso, hasta que no eres hijo de tu padre! Presiento que no se me aliviarA nunca un dolor que me crece en el pecho. Mi angustia es una cosa grande, y pensando que pueda haber alguien capaz de acusar de comunistas y cosas parecidas a estos desdichados, por