OVER trador de mi bodega, ime paga el baratol Casi nada... (y falsea la voz, imprimi6ndole un tono cinico), s6lo le arranco el quince o el veinte por ciento, sin contar el over. iPorque lo de Pap4 Central es cosa aparte!... Guifia un ojo y rie estrepitosamente. Goza oy6ndose a si mismo. Ahora alardea de su amistad con los gran- des del departamento: -Asi sin dArmelas, yo soy hombre que jalo con Mr. Lilo. iA mi me pusieron en este puesto sin dar viajes! Imaginense que llegu6 recomendado al mismo administrator del central nada menos que por el General Beltran. EY saben ustedes qui6n es el General?... Bue- no, pues nada menos que el gallazo que arregl6 a tole- tazos el rebd de los muelles cuando los cocolos se rega- ron el afio pasado. Sin esperar comentario, como hornbre seguro de que causa admiracion entire sus oyentes, y que da por des- contado el gran interns que todos tienen en escucharle, sigue: -Yo aqui estoy muy bien. Mr. Baumer tiene mu- cha confianza. Mr. Lilo no sabe d6nde ponerme, ipor- que ese si es mi amigo! dNo lo han tratado a fondo uste- des? iAh! Eso es lo que se llama un hombre simpitico. iY lo que hay en el fondo!. iEstando bien con Mr. Lilo, puede lover y tronar! Con ese apoyo no hay quien se gaste fiofierias conmigo en el batey. A mi me adula el mayordomo y me respeta el contratista, y es porque saben que en contra mia no corren cuentos de finca, porque yo me junto con los cabezas. Ahora mismo, ea qu6 no me dicen a d6nde voy... Pues, a una fiesta que le dan a Mr. Lilo en casa de T-urr6n, el bodeguero del 322, que estf mas bien con 61 que el carAj... iA cumbanchar con los jefes, mis amigos! A esa fiesta me