RAMON MARRERO ARISTY to hablando frente at mostrador, prudentemente han se- guido de largo. El policia, haciendo un gesto de desagra. do, exclama: -iJeslj iQu6 pete tiene esa genteel Y como los peones llevaran el paso corto, les ha sritado: -iAcaben de pasai, jediondo j'ei diablot Los negros obedecen temerosos, con una sonrisa servil que solicits disculpa. Cleto escape, toma un nuc- vo trago y continda: -Mire bodeguero, cuando a la mujei se le mete en la cabeza jacei una cosa, quitese de abusione poique la j'ace. Ut6 laj ve asina que una co n'otra se tiran ai pe- cuezo, pero en tratandose de jacei una sinveigidenceria en socieda6, se tapan como heimanita. "La conden6 se compuso con Tofia, la mb vieja de la d6 s'eimana dei mario, pa que dijiera que tenia amo- re conmigo. Y la Tofia, que que na mi andaba pelAn- dome el diente dende que vino, di una ve dentr6 e n'e I asunto. Y asina, como tAbamo lo tr6 compueto, la cosa aparentaba sei lo mf natural. Ni Engracia se ponia celosa, poique t6 lo habia compueto ella, ni ei mayoido- mo supechaba ya ni y se habia pueto lo ma mansito. "Pero vale, yo nunca he podio jugai con candela sin quemaime lo deo. La muchacha tenia una pieina y uno pechito que eso daba guto. Y eso de ta t6 lo dia sen- tao al lao diella, ai lao d'ella... iMire! Pa no casaile ei cuento, en meno e quince dia ya Tofia y yo no j'abiamo dao una emburujA que na mi se veia ei plumero". Suelta un "|j anda pai sipote!", y rie recordando su triunfo. Vuelve a echarse un trago de ron y continda mAs colorado que nunca: -Pero ahi no se para e I'asunto, vale. La otra hei-