OVER irascible. Y asi, explotado, desconocido como ser human, lleg6 a hombrecito. Fu6 entonces cuando el viejo le dijo: -Amnigo, ya lo he criado. Vaya ahora por ahi a ver c6mo vive. Eso ocurri6 en un campo. El muchacho se fue ca- bizbajo, mohI-la at hcmbro, rencoroso, con gn-.: de incendiar la tierra. Luch6 rudamente. Como tenia per- sonalidad, se hizo dueio de una secci6n rural. Alli fu6 un verdadero cacique. No habia moza que no se le en- tregara, porque ademis de buena presencia, buenos caballos y dinero, posela esos arranques de macho an- te los cuales se desmayan las hembras sin condici6n alguna. Los hijos abundaron, pero ninguno vivi6 con il. Eran el product de cualquier c6pula salvaje bajo la lujuria de los montes. Uno de esos hijos soy yo. Y ahora, al compararme con mis otros hermanos, y al recorder c6mo mi padre fu6 criado y en que form vivi6, comprendo que much ha hecho con darme comida haste hoy. Mi indignaci6n se ha apagado ante la evidence raz6n. De un vag6n de los que emplea el central para el transport de cara, he hecho mi dormitorio. Mi ameri- cana tendida en el piso, yo sobre ella, y sobre mi, el cielo estrellado. Las horas van lentamente. El sueiio se me ha fu- gado. Cerca, las grandes factories muestran mil ojos sin