valores 6ticos. No es esta doctrina un realismo nudo, que seria peligroso para el progreso. El hecho de que esta ideologia incida sabre la materia, y sabre las condiciones de la vida social, considerando quo las fuerzas econ6micas son las que impulsan el process hist6ico, no significa que no mire kacia lo alto, donde moran los valores. Caminando por la tierra firme de lo real, podemos llegar mejor a la regi6n ideal de los bienes espirituales. La vida debe concebirse coma una linea en constante ascensi6n hacia la esfera ideal de los valores, con cuyo contact adquiere s6lo sentido, mereciendo ser vivida. Toda verdadera doctrina social debe necesariamente realizarse en la democracia, cuyo regimen a pesar de sus peripecias se afianza coda vez rn6s en las conciencias coma pauta directiva de la conducta political. Democracia o Dictadura es el dilema que se le present a los pueblos. Se habla de Democracia politica, de Democracia econ6mica, de Democracia funcional y de Democracia socialista. Estos diversos sentidos que se pretenden dar al concepto democr6tico es lo que ha hecho pe;isar en su crisis. En realidad la esencia de la democracia es una e indivisible. Lo que ha sucedido es, que se ha desenvuelto bt circunstancias hist6ricas medularmente distintas. En el siglo XVIII aparecen sus postulados en un ambiente econ6mico-social que se trasforma de raiz, coma secuela de la revoluci6n industrial y t~cnica do la centuria subsiguiente. El hombre ha creado nuevas fuerzas materiales y t6cnicas en ate siglo, que ser6n en Wltimo t6rmino las determinantes de su dentino futuro. Era natural que se produjera sin contenido, hueca y meramente formaL que es la principal censura que le hacen los que no ban Captado este fen6meno hist6rico. Su defecto capital consisted en la folta de adecuaci6n hist6rica. Pero est6, no afecta a los principios iconmovibles en que descansa, residiendo su verdadero valor precilamente en las posibilidades de aplicaci6n a las ineludibles contingmcias humanas, y a los cambios sociales, siempre que se inspire Oft normas de justicia social. La lucha de este siglo, que es un siglo de sintesis hist6rica, no ha de ser otra que una lucha dirigida hacia el logro de una aut~ntica dmocracia, que s6lo podr6 florecer en una sociedad hondanente renovada, en la que sea posible el desenvolvimiento y superaci6n de todos los que integran el nicleo social, cuyas posibilidades sean idhnticas, en las eyes y en la realidad. Esta ser6, a mi juicio, la etapa final, en la quo el espiritu quedar6 rutolurado y, la cuesti6n social y econ6mica que hay nos conmueve, CWXblmente resuelta. ..