a la naturaleza de nuestra ayuda a las naciones democr6ticas. Cuba no debe sofiar con enviar a los campos de batalla un ej6rcito que seria notoriamente insuficiente, dadas la escasa poblaci6n y la situaci6n geogr6fica de esta Repitblica. Los soldados, marinos y aviadores cubanos deben limitarse, a nuestro modesto juicio, a defender nuestras costas contra posibles ataques del enemigo y, el resto de la poblaci6n cubana, a la tarea ingente de aumentar la producci6n. nacional hasta el limite preciso pra suministrar a nuestros aliados todos los productos del suelo, del subsuelo y de la industria nacional, indispensables para obtener la victoria, siempre dentro de nuestra copacidad fisica y moral. Tal vez hubiramos podido obtener un precio algo m6s alto para nuestro dulce, pero precisamente la diferencia entre el precio aceptado y ese superior valor constituye el sacrificio que por segunda vez en veinticuatro aflos realizar6 Cuba, como demostraci6n prdctica de su amor por la democracia y la libertad. Por el contrario, no creemos tampoco que si el precio-tope de 2.65 centavos la libra libre a bordo hubiera sido mayor, serviria de estimuIo a los productores norteamericanos de aziicar para aumentar la producci6n dom~stica, poniendo en peligro nuestro futuro econ6mico. Be oponen a esa probabilidad diversas razones: Primera: la necesidad imperiosa de hombres para el ej~rcito, la marina y la aviaci6n nortoaxnericanos, con la substracci6n consiguiente de mano de obra para la industria azucarera y dens industrias nacionales de los Estados Unidos de Am6rica; Segunda: Seria absurdo suponer que @$a naci6n sustraiga hombres de las industrias de defensa, tan neceltadas en la actualidad de mano de obra para aumentar la producci6a de articulos que pueden adquirirse a m6s bajo precio en el axtranjero. Tercera: Ms ventajoso seria para los Estados Unidos aumentar su producci6n de azticar de remolacha y mucho m6s afin dedicarse a otras actividades agricolas como, por eiemplo, la cria de geado en general y especialmente la de ganado porcino, para Ptoducir mayores cantidades de grasa animal. Cuarta: Deciaidos co estcn en la Uni6n Norteamericana a dedicar las dos terceras PIutes de sus actividades industrials a la fabricaci6n de articulos de gorra y solamente el resto a los de consumo civil, serfa il6gico supoWr que fueran a extraerse obreros de las primeras para dedicarlas G Qumentar la producci6n de una industria como la azucarera, muy Rftesaria a los fines de la guerra, es cierto, pero que esta ya plenaSMnte desarrollada, y en su mayor parte con capital americano, en U4 Dais como Cuba tan cercano a esa naci6n; y Quinta: El aumento d Ia producci6n azucarera dom6stica en los Estados Unidos signifiCa la construcci6n de nuevos Centrales con todas las maquinarias lWispensables y no parece l6gico dedicar a este menester el acero Y debris metals necesarios para la fabricaci6n de armamentos. Por consiguiente, no creemos que una subida en el precio de fUltro azimcar por encima del tipo de 2.65 centavos la libra, seria Mltivo sufficient, en las actuales circunstancias, para dar lugar a ftC. ento de la producci6n azucarera dom6stica en los Estados ..