170 DAVAR mente. A este respecto dice debe llamarse la atencin acerca del esfuer zo realizado por el Ministerio Israel de Educacin Nacional. Cada da au menta la asistencia a las escuelas de nios y nias rabes, a tal punto que dentro de poco tiempo podr ponerse en vigor la ley sobre enseanza obli gatoria, que se aplicar tanto a las mi noras como a la mayora juda. De esta manera se obtendr una similitud de niveles entre todos los ciudadanos de Israel desvanecindose as las pre venciones y los prejuicios existentes entre las dos poblaciones. Al considerar el problema religioso, cita el articulista una frase de Frangois Mauriac en la que ste por el placer de ser ingenioso, sacrifica la verdad. Mau riac, el contradictorio, dijo en el Figa- ro, cuando la fundacin del Estado de Israel que en Tel-Aviv, ciudad de 250.000 habitantes no haba una sola sinagoga. Dems est decir que no hubo dificultad en desmentirlo. Sin em bargo el problema religioso no deja de ser complicado. El acta de la declara cin de independencia es un testimonio del apoyo del Estado a la religin. Sin embargo, son muchos los partidos que reclaman una constitucin laica por la que se despojar a los rabinos fun cionarios de ciertos poderes que se atribuyen actualmente. En el extremo opuesto est la fraccin de Nator Ka ra que se opone por la fuerza al Es tado impo y reclama la proteccin de la UN contra el rgimen que ha an ticipado criminalmente la llegada del masas. * * Se ha conmemorado el 29 de setiem bre ltimo el 50 aniversario de la muerte de Emilio Zola. Innumerables artculos han aparecido en las revistas enzalzando la personalidad del extinto cuya antorcha de verdad, aviv, en cierto momento las llamas en que se consuman las pasiones enardecidas por el affaire que dividi a Francia en dos grupos bien definidos. El affaire fu la primera manifes tacin histrica de la totalidad de un pueblo movilizado junto a una idea o ms bien junto a dos ideas opuestas. No haba medias tintas, la separacin era tajante, se era pro o contra, pre ludio de todos los pro o anti que en el ltimo medio siglo sacuden al mundo. El affaire fu tambin un aconteci miento intelectual porque comprometi a sinnmero de escritores que, indigna dos ante la magnitud de los atropellos que se cometan contra la verdad aban donaron su torre de marfil para tomar la defensa del capitn Dreyfus. En Les Lettres Frangaises (N? 439) Maurice Gargon, de la Academia Francesa, publica un artculo titulado Zola nos ha enseado a odiar la men tira. Dice Maurice Gargon que toda la vi da de Zola fu dominada por la bs queda apasionada de la verdad. Esta preocupacin se refleja tambin en la totalidad de su obra literaria. Perso najes ambientes y vocabulario son el fiel reflejo de la sinceridad de su autor. Cuando Dreyfus fu condenado en 1894, Zola volva de Roma y, por cier to, no se preocup por el hecho, dado que, por otra parte, no atraa la aten cin de nadie. Algunos meses ms tarde vi levantarse una ola de antisemitis mo. En todas partes empezaban las discusiones. ,Sin embargo dice Gar gon Zola no se emocion an porque crea en la integridad de los jueces que haban fallado en el asunto. Pero cuando Marcel Prevost y el abogado Leblois le mostraron toda una serie de documentos que hacan aparecer la po sibilidad de un error, Zola se alarm. La publicacin, en Blgica, de un folleto por el hermano de Dreyfus y la reproduccin por el diario Le Matin del bordereau base de la acusacin, confirmaron a Zola que Dreyfus era inocente. El comienzo de su lucha pro Dreyfus fu un fracaso, ya que al tercer artculo suyo publica do por el Fgaro, la direccin del diario le pidi amablemente que sus pendiera su colaboracin dada la sen sible disminucin de los lectores. Sin embargo persiste en su idea, publica folletos y escribe a sus amigos cartas apasionadas como sta que deca as: Qu!, apenas aqu y all alguna tmi da apreciacin. Ni una voz elevada y noble, ni una, ¡me escuchis! que se haya levantado para tomar el partido de la humanidad y de la honradez ul trajada. Fu entonces cuando public el fa moso Jaccuse en el que denunciaba a los culpables de la falsa acusacin. La agitacin que caus su artculo, del cual doscientos mil ejemplares se vendieron el primer da, fu inmenso. En Rennes, Burdeos, Nantes y Nancy fu quemada su efigie. Se dijo que el novelista siendo judo, se haba vendi do a los alemanes. Cuando el proceso por difamacin fu abierto contra l sus dos defensores: