INFORMACIONES Y NOTAS BIBLIOGRAFICAS 165 Mitre, Roca, Jaurs, Clemenceau, Alem, Pellegrini, Bernardo de Iri- goyen, Aristbulo del Valle, Agus tn de Vedia, Herrera y Obes, Quintana, Pedro (T. Molina y Emi lio Becher, que don Joaqun ya haba publicado en La Nacin respondiendo a los apremiantes re querimientos amistosos de Arturo Cancela, a quien dedic el libro, con reconocidas palabras. D. Joaqun de Vedia gozaba de mltiples y merecidos xitos como periodista fino, como magistral evocador de las grandes figuras del pasado, que l tratara durante sus trabajados aos de periodista y viajero infatigable, y con las que convivi en reiteradas horas de labor, de ensueo, de poesa o de leitndose en el dominio de los entretelones polticos. D. Joaqun era un hombre querido. Cuando pi di a Leopoldo Lugones que pro logara Como los vi yo, el autor de Lunario Sentimental, le con test con una breve carta de fuer te valor autobiogrfico. Era en 1922, y Lugones acababa de per der algunos amigos a causa de su postura beligerante frente al vuel co belicista originado por la dis conformidad con el curso de la postguerra 1914-1918, y que l confirm dos aos despus, en Li ma, anunciando la hora de la espada. Importa recordar algu nos conceptos del prlogo de Lu gones : Tengo resuelto, mucho tiempo ha, no escribir prlogos. Este es el principio. Pero tengo decidido tambin, querer a mis amigos so bre todas las cosas, inclusive los principios. Si quisiera, pues, am pararme con el subterfugio, dira que como periodista no puedo ne garle las palabras que me pide. Pero no lo har. Prefiero violar redondamente mi principio en ho menaje a nuestra buena amistad, creyendo que esto es, al fin, menos virtuoso, pero ms noble. Y ms til y ms humano. Proceder es ceder, en suma. "Sabe usted, por lo dems, que mi concepto en la materia anda lejos de la virtud garrote que se quiebra cuando no puede pegar: orgullosa manifestacin de incul tura. Semejante rigidez, fracasada desde luego en la quebradura de su dilema, no es sino la resultante de varios errores antropocntricos y matemticos. Nada hay ms insig nificante que un principio absoluto. Formlelo usted, ver que si no re sulta una perogrullada, lleva consi go la nulidad, al consistir de suyo en una reduccin a cero. Por eso el vulgo admira tales principios, y por eso Dios es anterior al atesmo. Me deja usted repetir una vez ms que la filosofa es en gran parte la ciencia del desengao? ... Quede para usted, buen pe riodista y buen escritor, el mrito que le corresponde total; y para m el placer carioso de aplaudir primero que nadie, bajo la forma estable del libro, lo que goc pa sajero como los das, cada uno de los cuales tiene bastante con su sol. Tres vnculos de entraable amistad determinaron la aparicin de Como los vi yo, y por amis tad tambin, Manuel Gleizer se convirti en editor de escritores argentinos. Ahora, un numeroso grupo de aquellos que frecuenta ron la vieja casa de la calle Triun-