132 DAVAR y la abuela sin sosiego. En la vida juda resulta el matrimonio de mayor importancia que el amor. Es menester hallarle novio a la hija y casarla convenientemente. No importa si no inter viene el amor, lo principal es que sea un mozo decente y un matrimonio adecuado. En la obra de Hirshbein, el amor sin embargo se en cuentra en primer plano: amores inocentes, ingenuos, sin malicia, amores de aldea, amores judos. Por ejemplo: en Las hijas del herrero el dramaturgo encara el eterno pro blema de Raquel y Lea. Las hijas del herrero son hermanas mellizas. Zelde, menor de estatura, es la ms habilidosa, sabe amasar el pan, bordar y tejer. Pero es malcriada y caprichosa como una cabra salvaje. Enamora a los mozos de la aldea, y el ayudante herrero de su padre tambin pierde los estribos por ella. No en balde afirma su padre que ella carece de corazn y nada tiene de hija juda. En cambio su hermana, la del simblico nombre Lea, la robusta y slida Lea, es bon dadosa, tranquila y cordial; se la respeta; pero es la otra quien roba los corazones. Llega a la herrera otro oficial, Moshe, y Zelde tiene buen cuidado de pescarlo en la red de sus encantos. Ya son dos que sin exigir dote la pretenden en matrimonio. Mas ella, veleidosa, los rechaza. Le gusta como rien los dos mozos por ella. Mientras tanto, la pobre Lea, tal como la Lea bblica, no consigue pretendiente. Llora y se amarga. Por qu ser la otra tan agraciada? Ella no tiene mayores pretensiones, con tal de tener novio aceptara a cualquiera de los dos. En la obra hirshbeiniana las figuras femeninas poseen un encanto peculiar. Sus jovencitas estn dotadas de la ma durez prematura de gente en contacto constante con la natu raleza, con plantas y animales. Demasiado inocentes para encubrirlas con artimaas, manifiestan una audacia ingenua, son ms audaces que los varones. En Campos Verdes las dos jvenes, impacientes ante la tardanza de los mozos en declarrseles, optan por tomar la iniciativa : Hirsch-Ber, eres un necio dice Zina a su hermano, y el robusto al deano, cuando se trata de amor, hace realmente figura de necio. En cuanto a la lmpida, suave figura de Leivi-Itzjok, de la misma obra, el devoto, el estudioso Leivi-Itzjok, perso-