LA DRAMATURGIA DE PERETZ HIRSHBEIN 129 El mundo del teatro profesional no vislumbraba la posibili dad de montar esas breves obras sin contenido dramtico, ni accin, ni conflictos, construidas con extraos sentimientos humanos y dilogos en staccato que dejan trunca la inten cin y obligan al espectador a reflexionar. La masa juda aun no estaba madura para el teatro hirshbeiniano, pero aun me nos madura se hallaba la obra dramtica de Hirshbein. Recin en el crisol de los aos, ya poeta, cuentista y pe riodista de fama, es cuando su obra dramtica adquiere la plenitud de la serenidad, limando las asperezas, las exagera ciones naturalistas y las extravagancias simbolistas de los aos mozos para volcarse en un realismo potico entrelazado de fantasa y tierno humor. Radicado en los Estados Unidos desde 1911, lejos de los sangrientos horizontes de la Rusia zarista, su nimo se sosiega, se esfuman en el recuerdo las persecuciones policacas, los pogroms y las miserias, se borran las sombras de los famlicos rostros amarillentos de los obre ros del tabaco. Las nubes de su nimo se despejan y sus en sueos se trasladan hacia su aldea natal, hacia el molino pa terno donde la rueda giraba cantando bajo el torrente. Su tono, antao spero, se hace tierno; su queja se trueca en amable sonrisa y el dramaturgo descubre un manantial de humor cordial y tierno. Reviven bajo su pluma las imgenes aldeanas de su infancia; los hogares campesinos sobre los niveos caminos de Bielorrusia; su propio hogar a la vera del molino. Surgen en sus recuerdos imgenes ntidas de viejos viandantes judos que se detenan en el umbral del solar paterno; las ancianas de figuras embrujadas con el costal al hombro. Helos marchando, llegan, atraviesan el umbral, sin llamar; se sientan familiarmente ante las mesa hogarea; entreabren sus viejos costales remendados donde yace un mundo de maravillas. Todos ellos son enviados del bondadoso profeta Elias; todos ellos son realmente el mismsimo profeta Elias bajo disfraz. Ciertamente, Hirshbein los ha visto en su niez; ha visto en sus ojos el resplandor de bendiciones y los ha reconocido. Es cuando escribe su deliciosa obrita en un acto: El Profeta Elias. La figura creada por la fantasa popular del profeta Elias aparece en una humilde casucha aldeana, en