92 DAVAB A pesar de su actividad y tnalgrado los que la rodeaban, Dora estaba sola. Bien veo lo que ella daba a los dems; pero a ella qu poda drsele? Lo que le corresponda lo haba recibido veinticinco aos atrs en su totalidad y necesitaba todo su tiempo para ordenar esta herencia. Tena poco ms de veintids aos cuando conoci a Kafka, tena cin cuenta cuando muri y slo es al principio de su enfermedad cuando empez a escribir sobre l. Estas notas de las que se leern algunos extractos ms adelante son un intento paciente para comprender ver daderamente lo que su extrema juventud le permiti vivir en la admi racin, sin preguntar nada. Estn escritas en alemn, "porque, deca, slo se puede hablar de Franz en su idioma. Nada ofrecen que se parezca a una tesis filosfica o religiosa, pero uno no podra equivocarse acerca del esfuerzo que significan ni acerca de la marca que llevan. A los que la interrogaban sobre Kafka no eran muchos los que lo hacan, y tampoco creo que ello los alentara Dora no tena nada de definitivo ni de nuevo que ensearles. Sobre todo, no estaba en condi ciones de contestar a las preguntas "fundamentales que no se dejaba de plantearle sobre la posicin de Kafka, con respecto al problema religioso, por ejemplo. No habra sido como l verdadera, escrupulosa y prudente si hubiera podido contestar de inmediato a tales preguntas. Cuando se la apuraba demasiado, se vea obligada a decepcionar a su auditorio advirtindole que erraba el camino. Supongo que tuvo que des concertar, ms aun chocar a ciertos espritus vidos de verdad fcilmente asimilable. Me cont cmo el traductor ingls del "Proceso y del "Castillo, Edwin Muir, un hombre por el que tena, por otra parte, la ms profunda estima, le preguntaba cada vez que se vean: "Pero, en fin, Kafka tena Fe? y como ella le contestaba invariablemente "No, contestacin escandalosa para un hombre a quien este problema mucho preocupaba pero que, si no estaba desprovista de malicia, traduca, sin embargo, bien la advertencia que quera dar: no podemos empezar las cosas all donde l quiz termin, no podemos tomarlas si no es all donde el mismo las vea, en la vida ms simple, en el contacto doloroso e inevitable con los objetos y con los seres. No hablis de Dios dnde y cundo habl de l? pero miradlo vivir, leed sus libros, miradlos con la ms pura atencin, con la precisin ms aguda de la mirada, y si lo consegus, lo que es difcil, habra dicho, es cierto, que no conseguiris respuesta alguna pero al menos dejaris de dar la espalda a lo que buscis.