DOS LIBEOS DE MASTIN BUBEB 71 pornea? Percibir la judera, pregunta Buber, que su verdadera existencia depende del renacimiento de su exis tencia religiosa? El Estado Judo puede asegurar el futuro de una nacin de judos...; el judaismo slo vivir si vuelve a traer a la vida la primitiva relacin juda con Dios, el mundo y la humanidad. En El Dilogo Entre el Cielo y la Tierra, la tercera disertacin, Buber formula tal vez ms osadamente el dilogo divino-humano de pregunta y respuesta que est en el seno de la fe de Israel y forma el esqueleto de las Escrituras de Israel. Pregunta: contina an este dilogo? Creyentes y no creyentes tienden a negarlo; los primeros afirman que mien tras Dios habl en cierta oportunidad ahora guarda silencio y dej en su lugar un libro; los ltimos, no slo los ateos sino los telogos filosficos no pueden admitir que el Divino (o cualquier otro de sus nombres) hable o se le pueda hablar. Sin embargo, Dios habla: En el lenguaje infinito de los acontecimientos y situaciones en eterna evolucin pero evi dentes a quienes atienden verdaderamente, la trascendencia llega a nuestros corazones en los momentos esenciales de la vida. Y existe un lenguaje en el que podemos responder; es el de nuestras acciones y actitudes, nuestras reacciones y abs tenciones; la totalidad de estas respuestas es lo que podemos denominar nuestra respuesta... Dios se dirige al individuo y a la comunidad y ambos deben responderle. Dios habla; pero el Dios que habla a veces oculta su ros tro de la casa de Jacob (Isa. 28:21); a veces no podemos reconocer el verbo de Dios en la historia y en la naturaleza (aunque Buber tiende a no reparar en ello) tan misteriosos y brbaros (sus hechos) nos parecen. Son los momentos de silencio en que cuanto ocurre en el mundo y pretende la importancia histrica nos parece tan exento de Dios... Para quien cree en el Dios viviente, el que sabe de El, y est desti nado a vivir la vida mientras El est oculto, es muy difcil vivir Tal tiempo de mutismo es el nuestro; nuestra vida es la de Job, a quien Dios abandon. Por tal razn la nica respuesta a nuestro lamento es la que recibi Job: la verda dera respuesta que recibe Job es la aparicin de Dios, slo lo que la distancia torna en cercana, que Lo vi (42:5)