ORACION DE BEN GURION 23 realizacin constituy el tercer rasgo que caracterizaba la fi gura tica de Weizmann. Me muestro parco y eso intencionalmente en mis re ferencias sobre la grandeza de Weizmann en un aspecto esen cial: me refiero al valor cientfico que represent el presi dente desaparecido. Y lo hago no porque la vasta y fructfera obra cientfica de Weizmann en lo que a las ciencias qumicas se refiere, no guarde relacin alguna con el movimiento sio nista y con la creacin del estado judo. Todo lo contrario. No hubo dos Weizmann, Weizmann el sionista y Weizmann el qumico. El sionismo de Weizmann fu cientfico aunque se alimentaba de las tradiciones y del sentir del pueblo judo; y la ciencia de Weizmann sirvi con fidelidad y constancia a la obra sionista, tanto en lo poltico como en lo que a la colonizacin se refiere. Tal vez se pueda ver una casualidad que las investigacio nes qumicas de Weizmann durante la primera guerra mun dial hayan facilitado el logro de la Declaracin Balfour. Pero no es casual la obra cientfica de Weizmann y de sus colaboradores en Israel. Fu fruto de firmes principios y del concepto de que el Estado de Israel, su economa, su cultura y su seguridad, no descansarn sobre la base firme sin el cul tivo mximo del genio cientfico judo y sin el apoyo de las conquistas cientficas modernas y los adelantos constantes. Como nadie supo Weizmann definir el verdadero valor que tiene el avance de la ciencia y de la tcnica para el por venir y existencia de nuestra patria. De este modo si no me he detenido a resear el valor cientfico de Weizmann, es porque la justa y exacta apreciacin de su aporte cientfico- puede ser ofrecida nicamente por un experto en la materia. No todo lo que Weizmann hizo, fu coronado por el xito. Le toc soportar muchas decepciones, siendo algunas de ellas originadas en la organizacin sionista y otras de la situacin internacional. Esas decepciones lo hirieron profundamente pero nunca lograron doblegar su espritu. Weizmann como judo ntegro no supo lo que era desfallecer y renunciar a sus propsitos, conservando an en los momentos de ms gran de amargura la entereza de su espritu y la profunda fe,