10 DAVE Desafiar las fuerzas externas, superar las circunstancias, es proclamar la soberana del espritu humano. Jams hubo relacin alguna entre la fuerza fsica del pueblo judo y su influencia sobre el espritu humano, ya que la fuerza fsica o poltica del pueblo judo jams signific mucho. Su influencia no se midi por su significacin como potencia poltica, social o financiera; dependi de la fuerza de la idea, y en esta forma constituy siempre una reafirmacin de la supremaca del hombre sobre las circunstancias. El monotesmo, la suprema importancia de la perfectibilidad en este triste mundo sublunar, la negativa a someterse a una fuerza superior, el derecho a persistir como minora: he aqu los elementos principales de la contribucin juda al progreso humano. No pretendo afirmar que todos los judos, o todos los grupos de judos, hayan sido consecuentes en su contribucin a esta idea. Desde los tiempos ms remotos, los conductores del pueblo han castigado seve ramente las desviaciones de esta conducta. Pero en lo fundamental, el pueblo judo no ha dejado de cumplir esta' funcin: proclamar la pre valencia del espritu humano sobre la brutalidad de las circunstancias. Es claro que, al referirme a los judos como a los propulsores de la soberana de la idea, y en consecuencia, como los maestros de la libertad, no estoy hablando de formas abstractas, de teoras o filosofas, sino ms bien de las formas que stas asumen al incorporarse a la vida de hombres y mujeres y a los instrumentos sociales. La contribucin juda a los valores humanos, all donde el judo haya permanecido fiel a s mismo, ha emanado del ser. Entre judos no se conceba que un filsofo proclamase las excelencias de un sistema y practicara otro que viviera divorciado de sus propias teoras. Por inteligente y capaz que un hombre fuera, no poda ser maestro si lo que deca no estaba de acuerdo con su manera de vivir, si su vida y su prdica no constituan un ejemplo. Porque, se arga, no poda dirigir la vida de otros quien era incapaz de dirigir la propia. Si lo que es no complace ni a Dios ni a los hombres, qu valor puede tener lo que diga? El deseo de hallar la perfeccin, de superar lo fsico y hallar la armona del ser, constituye la nota afirmativa a lo largo de la historia juda. Naturalmente, no ha sido una nota constante; se ha visto frus trada desde afuera, ha vacilado desde adentro; pero el milagro consiste en que no se haya borrado; aun existe, aun es capaz de rendir sus