xx Reducir a Lorenzo por la fuerza no era em- pefio de fdcil y rdpida ejecuc6n. Aunque el an- tiguo presidio sostenido con los situados de Nue- va Espaila se hubiese t.ransformado, casi de sdi- bito, en opulentisima colonia que, ademis de cubric los gastos de su administraci6n, propor- cionaba recursos abundantes a aliviar la penu- ria consuetudinaria del Tesoro de Espahia, las cajas de Cuba encontribanse vacias y su cr6dito phblico poco menos que agotado. En las angustias de la guerra cruel en que los espaholes se despedazaban, los partidarios de dofia Isabel no perdonaron med'o de lograr su objeto., Por punzante que fuese el orgullo nacio- nal, el General en Jefe del Ejercito, don Jer6- nimo Valdes, despu6s de consultar a sus genera- les, ocur.ri6 en los primeros dias de mayo de 1835, comunicindole la convicci6n tristisima de que los medios y recursos propios no alcan- zaban a dominar la situaci6n y que era preciso recurrir a la coope.raci6n extranjera. No es este 337