352 CUADERNO DE CULTURA El lazo mis firme, el vinculo mis robusto e indisoluble entre esta isla y la Metr6poli es ]a unidad de las leyes, la reciproca participaci6n de unas mismas instituciones. Desuni6ndolas en los derechos y en los goces, es mis natural y mAs fAcil la divergencia de los sentimientos. Si el s6lo raciocinio no demostrara con evidencia matemi' tica esta proporci6n, bastaria la historia contemporinea para conocerla. Recuerde V. M. que la isla de Cuba ha seguido como el sat6lite del planeta, todas las fases politicas de la Peninsula. Cuando la Naci6n clam6 por la independencia y present su pecho heroico al caii6n del vencedor de Europa, la isla de Cuba contribuy6 a la santa guerra con sus caudales y con sus hijos. Cuando las Cortes generates y extraordinarias de Cidiz evocaron del polvo las antiguas leyes de la Monarquia y las redo- jeron al c6lebrc C6digo del afio de doce, la ila de Cuba reclam6 los mismos principios y se uni6 a la gloria de los legisladores constituyentes. Cuando en 1814 vuestro augusto Esposo, Q. E. G. E., tuvo por conveniente .anu- lar dichas instituciones, la i ]a de Cuba obedeci6, suni- sa, el acento Soberano. Cuando en 1820 el movimiento sinultineo de toda la Naci6n resucit6 ese mismo C6 digo, vivo en todos los corazones, la isla de Cuba celebr6 su vuelta con toda la embriaguez del entusiasmo. Cuando en 1823 la facci6n liberticida circunval6 los Coniejos del Trono y los someti6 a la voluntad de la invasi6n ex- tranjera, la ila de Cuba llor6 con Esnafia la comun des- gracia, a fuer de leal compafiera en la prosperidad como en la desventura. Y, Zc6mo ha sucedido todo esto? ZDe qu6 proviene tanta uniformidad? De un solo principio, Sefiora, de la identidad del sistema y de las eyes. La hija unica se ha creido humillada en participar de la misma suerte de la madre. Esto esti en ]a naturaleza de las cosas, en la or- ganizaci6n del coraz6n humano y en el origen y ten, dencia de las pasiones que lo mueven. Pero, truiquense