350 CUADERNO DE CULTURA operaciones cuotidianas de la vida comun se sujetan es- trictamente a la orden del dia; en que los desahogos do- misticos mis inocentes se traducen por crimenes sujetos a una policia inexorable; en que las instituciones acor- dadas por V. M. en la Madre Patria, se miran como actos revolucionarios y se ocultan severamente al p6blico, a guisa de anirquicas y peligrosas innovaciones, y en que finalmente las unicas novedades de que es licito entre- tenerse en los peri6dicos y en las conversaciones, se re- ducen al Santo del dia, a las afecciones astron6micas y al nimero de presos; el general Tac6n que, equivocando su siglo, falseando su posici6n y volviindose un anacro- nismo en la presente 6poca, ha tiranizado la isla de Cuba, despreciado sus notabilidades, perseguido sus mis dis, tinguidos hijos, rellenado las circeles, humillado el caric- ter de sus habitantes, inutilizado las bendficas intencio- nes del Gobierno, calumniado los sentimientos generales, tergiversado al espiritu p6blico y preocupado el Gabincte y Consejos de V. M. con truculentos informes amafiados por la cibala, impuestos a la ignorancia y extorqueados de la debilidad; el general Tac6n, SeFtora (digolo con todo el sentimiento de la convicci6n mias profunda), el general Tac6n debia engafiar y engafi6 mis esperanzas. El general Tac6n no ha querido, no ha podido y sin duda para castigo de sus culpas, no ha debido ser el 6rgano de los dones sublimes y de las bienhechoras intenciones de la Madre de los espafioles. Asi es que la respuesta de mi comunicaci6n fu6 de- volverme el extraordinario con las manos vacias, sin un papel siquiera, aunque fuse de reprobaci6n, uniendo de este modo el desprecio a la obcecaci6n, la descortesia a la arbitrariedad y el olvido de las f6rmulas a la dureza de las acciones. Por fortuna, el expreso trajo un papelito suelto, o s~ase una orden del teniente de gobernador de la ciudad de Puerto Principe, en que intimaba al correo que, por orden del Capitin General, estaba cortada toda