348 CUADERNO DE CULTURA ventajas, y sobre todo, de la seguridad en que estaba y estar6 de que la publicaci6n de la Constituci6n y el res, tablecimiento de sus inrtituciones dependientes, lejos de contribuir a la exaltaci6n de los sentimientos populares o a la debilitaci6n de los lazos politicos que unen al pais con la Madre Patria, no harin mis que fortificar estos mismos lazos formados por la costumbre, radicados en la educaci6n, afianzados en la identidad del origen, consagrados por el discurso del tiempo, arraigados por el aspecto mismo de las revoluciones del continente veciio, y revestidos finalmente de un caricter incontestable de perpetuidad, por la necesidad, por la imperiosa necesidad, por esa necesidad absoluta e incontrovertible de perma- necer unidos a un gobierno fuerte y vigoroso, que redima a este pals naciente de los peligros de su propia debili- dad y de las convulsiones de sus mismos opuestos y en- contrados elementos. Estas consideraciones, que saltan a la vista de cual- quier bombre dotado de una mediana ojeada politica, imaginelas hasta eficaces para persuadir al capitin gene- ral don Miguel Tac6n, de la necesidad de unirnos en un mismo pronunciamiento y en unas propias medidas. Guia- do en esta esperanza halagilefia, y persuadido de que en el Animo de aquel general obrarian mis su buen juicio y el interns piblico, que las pequefieces de su amor pro, pio y el despecho de sus ilusiones devanecidas, le par- ticip6 todo lo ocurrido, le asegurb de la tranquilidad de mi provincia y le garanti la continuaci6n del orden en todos los pueblos de su comprensi6n. Yo esperaba que a tan franca abertura hubiera corres- pondido, bien publicando la Constituci6n a semejanza de este Departamento, bien manifestando su determinaci6n de publicarla al recibo oficial de la noticia, sin perjuicio de conciliarse, en una u otra hip6tesis; la benevolencia p6blica con expresiones gratas, consolatorias y atentas que no despertasen la efervescencia de los inimos ni pro,