ECONOMIA Y CIVISMO 343 Yo no he jurado en balde la Constituci6n, ni en balde la jurarin tampoco nuestros hermanos de la Peninsula, nosotros mismos y la augusta madre de los espafioles. Lo que han jurado mis labios, mi espada lo sostendr; que no he derramado mi sangre en los campos ni consagrado mi vida a la Patria para venir a mancharla en sus ultimos periodos con criminales debilidades ni sacrilegos perju- rios. En Cuba se ha jurado la Constituci6n; en Cuba se ha de observar estricta y religiosamente, hasta que la representaci6n nacional y la Autoridad Real disponga otra cosa. El que en contrario sentido procediera y obrare la espada de la ley lo alcanzarA al punto sin remisi6n ni disimulo. La provincial de Cuba, divorciada de la de La Habana, por disposici6n dcl general Tac6n, no reco- noce en el dia otra autoridad superior a la de la Reina Gobernadora, ni obedece otras 6rdcnes que las de la Reina Gobernadora. El porvenir dirca de parte de quien, en tan penoso como excusable con flicto, se hallan la raz6n y la justicia, la conveniencia y la legalidad, la lealtad y el patriotismo. 1 Ah! El General Lorenzo no necesitaba que el porvenir dijese qui6n tenia raz6n; 61 lo sabia y eso debi6 bastarle!. . No era aqu6l el momento de esperar; era el momento de buscar en la vic- toria el coronamiento de su obra generosa. Ha- bia olvidado la historia de su patria, el pais mis turbulento y levantisco de Europa; habia olvi- dado c6mo Cristina acababa de promulgar la Constituci6n de 1812! La Semana, 2 de enero de 1888.