340 CUADERNO DE CULTURA honra, la fortuna y la vida al arbitrio de d6spo- tas insolentes; los enormes agravios inferidos a las corporaciones mis meritorias del pais; el odio a los criollos, pintados, sin excepci6n, co- mo enemigos de la dominaci6n espahola; la Co- lonia convertida en un presidio enorme en que hasta los mismos opresores se espiaban unos a otros; el destierro, sin proceso, en castigo de la mis insignificante palabra que traducirse pu- diera en desaprobaci6n de las iniquidades de los gobernantes, la aversion de muchos al contra- bando de negros que rdpidamente iba transfor- mando a un pueblo semibdrbaro en la mis ab- yecta tribu salvaje; tales eran los elementos pro- picios a la empresa del magndnimo general Lo- renzo (107). (107) En la apreciaci6n del estado en que los Animos se encontraban en la Isla, tiene cierto valor la declaraci6n hecha por el primer correo, Juan L6pez, en las diligencias que le for- maron con motivo de su regreso de La Habana, ya terminada la expedici6n extraordinaria dispuesta por Lorenzo en la no- che del 29 de septiembre. "Que en su trinsito, asi de ida como de vuelta, encontr6 el mejor espiritu en los pueblos y una predisposici6n marcada en todos los Animos para recibir la publicaci6n de la Constitu- ci6n de la Monarquia, demostrindolo en la alegria de so sem- blante, en sus ansiosas preguntas y en otras manifestaciones inequivocas que comprimian por las esperanzas que los lison, jeaba de que en breve se darian 6rdenes para que se realizara la mudanza politica de la Isla, en observancia de la real orden de tres de agosto ultimo, no dejando de notar en muchos visi- bles temores de que por parte de la Capitania General se resis- tiera el curn liniento cel soberano mandate, en cuyo caco se haria necesario un pronunciamiento espontineo y oficioso de los pueblos para tomar de manos de la augusta Reina Gober- nadora el don precioso que quisieran interceptar sus mandata- rios.