322 CUADERNO DE CULTURA La Junta de Fomento, digna heredera de la gloriosa tradici6n del Consulado, conoci6 la co- dicia con que se explotaba a Cuba en beneficio del Teso.ro de la Metr6poli y de las principales autoridades de la Colonia. Resuelve exponer sus quejas y sus aspiraciones, y a principios de ju- nio de 1835 eleva a la Reina ua larga 'exposi- cion en que suplica se someta al examen de las Cortes los presupuestos de rentas, gastos, y so- bantes de la Isla, no s6lo con los comprobantes que manifestasen la naturaleza de cada impues- to, sus valores, forma de administraci6n particu- lar, su inversion, sus cargas y sobrante liquido que se produjera, sino lo que de dicho sobrante se remitia a la Peninsula o se invertia en la Is- la, en qu6 objeto y por qud disposiciones del Go- bierno. La Junta entraba en consideraciones po- liticas y luego agregaba: No es de extrafiar que los habitantes de Cuba teman ver comprometidos sus derechos y sus fortunas cuando los gastos y contribuciones que han de pesar sobre ellos fueran determinados por el Estamento, compuesto de procuradores de los mismos pueblos peninsulares, que han de pretender, en 10 que cabe, ser aliviados de sus cargas a expensas de este pais. Ni vale decir que la Isla tiene en 61 sus representantes, como parte integrante de la Monarquia, pues, en materia de interns positive, no es la raz6n la que triunfa, sino la mayor suma de inte- reses particulares. La Junta pretendia que los presupuestos de Cuba -sobre los cuales los procuradores de la