Ix La tarde del 29 de septiembre de 1833 apag6- se la vida del dispota ignominioso que rigi6 los destinos de la naci6n espafiola en el espacio de cuatro lustros. El pueblo habia peleado por la independencia y al termino de la heroica lucha, encontr6se tratado como un facineroso. Espafia habia descendido al triste nivel de los paises oprimidos por el turco: los inquisidores y los verdugos fueron los simbolos de su espanto- sa servidumbre politica; cerraronse las univer- sidades y abri6ronse catedras de tauromaquia. La muerte de Fernando VII fu6' la serial de una pugna sangrienta, lena de horrores salva- jes; pero preferible a la angustia, a la postra- ci6n y al envilecimiento en que la Naci6n habia caido al dia siguiente del mds asombroso de sus patri6ticos esfuerzos. 313