VIII Los amagos de una tempestad revolucionaria se han disipado: diriase que los espiritus han recobrado la calma S que los cubanos se resig- nan a que el pafs continue en la opresi6n a que los redujo la real orden de 1825, convirti6ndolo en un campamento. El Habanero, redactado por Va.rela, ha desaparecido, y la voz simpdtica del ilustre proscripto no resonard de nuevo claman- do por la independencia de su patria; Heredia, abatido por el desastre, pierde toda esperanza de ver realizada la independencia: Nos cornbate feroz tirania con aleve traici6n conjurada, y la estrella de Cuba eclipsada para un siglo de horror queda ya. Lemus, como Flores, liga su nombre a la his- toria de las armas mexicanas. No se conspira ya. Milands pinta magistralmente en Los dormi- dos el coma que se ha apoderado de los espiri- 309