306 CUADERNO DE CULTURA Pero si en 1810 encontramos a un Montalvo, a un conde de Casa-Ba.rreto pugnando con Aran- go; en 1823, un cubano, Jose Dimas Vald6s, miembro de la Junta, denuncia a Vives 6l plan de conspiraci6n, y los nombres de sus jefes, y otro cubano, Ferrety, acepta el encargo de juez del procedimiento, despubs que don Pedro Diago, y don Francisco de Arango rehusaron. Vives crey6 politico no levar al cadalso a Le- mus y a otros de los conspiradores; pero Vald6s no obtuvo del Gobierno la recompensa de su trai- cion, y muyri6 pobre, despreciado por unos y odiado por otros. A la conspiraci6n de los Soles de Bolivar su- cedieronse el levantamiento de Gaspar Antonio Rodriguez en Matanzas, el 23 de agosto de 1824, con intento de proclamar el regimen constitucio- nal pocos meses antes abolido por Vives, la cons- piraci6n que se fragu6 por cubanos emigrados en Caracas y que fracas con la muerte, en el patibulo, de Francisco Agilero y Manuel Andrds Sdnchez en Puerto Principe, en mayo de 1826, sin que esta vez pudiese decirse que Vives experi- mentase aquel horror insuperable a las ejecucc- nes y a la sangre vertida a que Pezuela (99) atribuye la salvaci6n de Lemus y de sus parcia- les; y los est~riles esfuerzos de la Gran Legi'n del Aguila Negra que en 1829 extinguen para (99) Historia de la Isla de Cuba, tomo IV, pigina 164.