278 CUADERNO DE CULTURA apenas sufrian intermitencias, mientras que las algaradas, al par que mantenian vivos los hdbi- tos gue.rreros, creaban los de despojo y de rapi- fia y cierta tendencia al merodeo y al latrocinio, y como includible secuela, el desprecio de la vida y la falta de respeto a la propiedad. Natural- mente, los resultados de tan prolongadas contien- das habian de ser mas determinantes, e impri- mirse, cual sello indeleble, en el cardcter de los moradores de las regiones en que mis disputado fu6 el predominio de los diferentes grupos 6tnicos. Fu6 desgracia grande para los pueblos espafio- les que en los momentos mismos en que la con- quista de Granada ponia t6rmino a la gloriosa colonizaci6n i.rabe, surgiese, de stibito, entre las brumas del Atlhntico, no ya un grupo de islas, como las Antillas, sino un continente vastisimo, poblado por razas inferiores en civilizaci6n, y en que la naturaleza habia derramado, con mano ge- nerosa hasta ser pr6diga, riquezas mds deslum- b.radoras que las sofiadas por la encendida y ma- ravillosa fantasia de los poetas Arabes y hebreos: desgracia grande; porque la poblaci6n escasa de Espatia se debilit6 por la corriente migratora que fu6 a derramayse en Area inmensa, perdien- do asi en fuerza los sentmientos mis nobles y cultos y ganando, en cambio, ascendiente terri- ble los hibitos de violencia y de pillaje contraidos en ]as seculares luchas de vandalos y suevos, de romanos y visigodos, de Arabes y francos.