II Serios y detenidos estudios de los aconteci- mientos han disipado la vulgar opini6n que atri- buy6 los progresos de Cuba a la sabiduria de la legislaci6n colonial. La famosa Recopilacidn de leyes de los reinos de las Indias, y el pxestigioso e irresistible atrac- tivo que en el espiritu codicioso y aventurero de los conquistadores y colonos ejercIan las mara- villosas y fdciles riquezas de un continente vas- tisimo, mantuvieron a Cuba durante dos siglos y medio en la triste situaci6n de presidio ultra- marino. Fu6 preciso que un gran desastre -la conquista de La Habana por los ingleses al mando del lord Albemarle- mostrase la ineficacia de una recelosa politica que reproducia en una her- mosa isla americana el triste especticulo del est&- ril y bairba.ro aislamiento secular del Jap6n y de la China, para que Espafia fijase sus miradas en la importancia que Cuba podria comunicar al co- mercio y a la marina de la naci6n. Desde enton- ces, los adelantos del pals midi6ronse por las des- 263